lunes, 23 de agosto de 2010

Anatomia

Es fácil dejarse llevar a la hora de elegir un pez por formas o colores que se salen de lo común; pero, más allá del aspecto meramente estético, debemos reflexionar sobre cómo estos mimos aspectos radican en la forma de vida y el propio hábitat del pez.

De esta forma, los peces de formas alargadas y rectas son rápidos nadadores, y por tanto buenos depredadores, por lo que no es raro que estén dotados de fuertes mandíbulas dentadas. Peces altos y delgados serán más típicos de remansos y aguas tranquilas.

El presente artículo lleva por misión el detallar de una manera más amplia todas las características anatómicas de los peces y veremos qué tanto influyen en su vida.

Un detalle importante a tener en cuenta cuando vamos a elegir los inquilinos de nuestro nuevo acuario, es en qué zona del mismo desempeñarán su actividad. En este sentido, la boca nos dará muchos indicios.

* Peces con la boca dirigida hacia arriba (súpera):
están diseñados para alimentarse en la superficie, incluso para atrapar insectos fuera del agua, por lo que ocuparán la zona alta del acuario.

Pantodon buchholzi, Pez mariposa africano. Es un pez de superficie.


* Bocas orientadas al frente (terminal): se alimentan a profundidad media pudiendo acceder tanto a la superficie como al fondo con tan sólo inclinarse. Un caso claro son las pirañas.


Pygocentrus cariba, o Piraña punto negro.

* Bocas dirigidas hacia abajo (ínfera) y vientres planos: son peces de fondo. Los más típicos serían los silúridos, que cuentan con barbillones que les ayudan a localizar la comida



E incluso hay peces más especializados como aquéllos que se alimentan de las algas que cubren las superficies, y cuyas bocas tienen forma de ventosa.


Ancistrus sp.

Y aún tenemos otra forma, como la evangible o protráctil, en la que la boca se extiende para poder atrapar el alimento; como, por ejemplo, los Lamprologus signatus.

Lamprologus signatus

Por otro lado, las aletas, que podríamos considerar el órgano motriz, les sirven para moverse y mantener una posición estable; también juegan un papel importante en el apareamiento como medio evidente (es el caso del gonopodio en los ovovivíparos) o simplemente facilitando la tarea.

En el círculo se encierra el gonopodio en un macho de Phallichthys amates amates, pez ovovivíparo.

La aleta caudal es la que proporciona el impulso principal a la hora de nadar. Como vimos antes, los peces de natación rápida necesitan una potente aleta caudal.


La aleta dorsal está situada en la parte superior, suele ser eréctil y desempeña funciones de timón.


Hacia atrás algunos peces cuentan con otra aleta mucho más pequeña con tan sólo un radio. A este tipo se la denomina aleta adiposa.


La aleta anal es la segunda aleta de timoneo y resulta esencial en contraposición a la dorsal, situada en la parte inferior próxima al orificio anal. Algunas especies la tienen diferenciada en forma de gonopodio para facilitar las tareas reproductivas.

Aleta anal del Betta splendens

Las aletas pélvicas o abdominales, más adelantadas a la anal, suelen ser pares. Algunos peces conforman con ellas una especie de ventosa que les ayuda a sujetarse a las superficies, mientras otros tienen forma filamentosa desarrolladas como órgano táctil (como las Colisas).


Las aletas pectorales, situadas tras los opérculos, tienen la función de timoneo y maniobrabilidad, y son las responsables de la marcha atrás y los giros en redondo.



Los sentidos

Evidentemente, casi todos los peces ven, excepto por algunas especies abisales que no están muy indicadas para acuarios domésticos. Tienen gusto: en la boca y en los barbillones aquellas especies que por su forma de alimentación los han desarrollado. Tienen tacto, nuevamente en los barbillones, y distribuido a lo largo de todo el cuerpo en la línea lateral también relacionada con el sentido del oído, capaz de percibir las vibraciones del agua. Y tienen olfato, centralizado en los orificios nasales próximos a la boca.


Chaetostoma sp. L187a, Loricárido nariz de goma moteado

Algunos, incluso, son capaces de generar campos electromagnéticos como apoyo para percibir el medio o incluso para generar descargas que le permiten aturdir a posibles depredadores o presas.


Malapterurus electricus, pez capaz de generar descargas eléctricas a voluntad de entre 300 y 400 V

Por otro lado, la vejiga natatoria es el órgano de profundidad, y es un saco membranoso que poseen la mayoría de los peces al lado del tubo digestivo. Cambiando su densidad el pez contraresta su propio peso y esta acción le permite situarse a diferentes profundidades.


Diagrama que muestra la ubicación de la vejiga natatoria


En este ejemplar de Betta splendens podemos observar claramente la vejiga natatoria

El color

Como en tantos otros seres vivos, les sirve como camuflaje. No en vano el 90% son verdosos o grisáceos vistos desde arriba, lo que les ayuda a no ser vistos desde fuera del agua.

Mediante el color se puede diferenciar el sexo; el estado del ejemplar: si está estresado o enfermo, si está en celo o enfadado o simplemente dormido y quiere pasar desapercibido. Esto lo consiguen abriendo o contrayendo las células pigmentarias. También tenemos que diferenciar entre el color de base (pigmentación) y el reflejo provocado por la luz (guanina).


Microgeophagus ramirezi, macho

Respiración

Por extraño que nos parezca, y aunque los organismos más primitivos sean de origen acuático, la respiración de los peces requiere de un esfuerzo biológico muy superior a la aérea, por lo que debemos tener en cuenta que el contenido de oxígeno en el agua tiene una proporción de 5 a 100 ud. respecto al aire, por eso podemos esperar unos mecanismos respiratorios muy eficientes y sofisticados.


En este ejemplar de Cometa sarassa podemos apreciar claramente las branquias

Por ello, al hablar de agallas ya estamos concretando bastante, dejando a un lado organismos acuáticos que carecen de órganos respiratorios diferenciados (respiración por difusión, protozoos, esponjas, celenterados, gusanos planos y redondos, y rotíferos). Las branquias son, a su vez, una especialización de las agallas exteriores en las que se ha creado una cavidad para albergarlas, que al mismo tiempo que las protege, hace más efectivo el intercambio gaseoso al forzar la corriente entre los filamentos de la branquia.

Pareja de Thorichthys meeki con las agallas abiertas defendiendo a sus alevines

Morfología


Para optimizar al máximo el intercambio gaseoso entre la sangre y el medio, lo ideal es una superficie lo más grande posible; pero, para que ocupe el menor espacio es necesario plegarlo.

La forma biológica de resolver este problema es la formación de microvellosidades, que son unos repliegues tan delgados que apenas cabe un capilar por ellos. De esta manera, la sangre discurre por un capilar lo más estrecho posible de forma que apenas permita pasar las células sanguíneas de una en una, pegado a la ínfima estructura epitelial que forma la microvellosidad. Esto sería parecido a la estructura de una pluma de ave, donde existen pequeños filamentos unos junto a otros.



Si lo anterior parece complicado, tenemos que añadir que estos seres cuentan con 4 arcos branquiales, cada uno de ellos provisto de dos filas de filamentos.

Nuestros peces, todos y cada uno de ellos, son una maravilla natural.

3 comentarios:

Unknown dijo...

es muy importante saber esto!!

Arturo Alejandro dijo...

Cuantas veces no sabemos lo basico de los peces... SU ANATOMIA...

Felicidades por publicarlo.

MaNu dijo...

Muy buen articulo, y muy entretenido, seguro que en mi epoca de estudiante me habria interesado más esto que la anatomía humana que si me toco estudiarme,jeje